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No guardes nada de tu ex en casa si va a ser un problema y te hace infeliz.

Periodista y editora de ElMueble.com

El 11 de noviembre se celebra el Día del Soltero. Si quieres que sea un día especial y que marque un antes y un después, tal vez ha llegado el momento de hacer un repaso a todo lo que tienes en casa. ¿Es de tu ex? ¡Fuera! Tu vida sigue y tener recuerdos indeseados en casa no te ayudará a ser feliz.

Para hacer este artículo, nos hemos puesto en el peor de los casos, ese en el que se produce una ruptura dolorosa y necesitas hacer un punto y aparte. Toca hacer un poco de Marie Kondo para acabar con todos esos objetos y recuerdos que pueden amargarte el día. ¿Empezamos?

Ver las fotos es doloroso, ya que recuerdas los buenos momentos.

Son el mejor recuerdo que podemos tener de momentos de nuestras vidas, pero son también el que nos puede hacer más daño. Verlas y recordar ciertos momentos puede ser bonito, pero también puede destrozarte. Si es el segundo caso, tienes dos opciones, guardarlas en una caja y hasta dentro de 10 años o tirarlas (eso sí, debes estar convencida de que no te arrepentirás). Hay quien se las guarda para las hogueras de San Juan... Eso ya depende de cada uno.

Todo depende un poco de la prenda que sea. Si es un abrigo o una chaqueta que casi no te has puesto y le queda mucha vida, puedes dejarlo en el armario hasta nueva orden (cuando se te pase la depre, porque sí, se acaba pasando). Si es una camiseta o unos jeans que has usado mucho, podrías donarlo o, si está muy mal de calidad, tirarlo.

Seguro que alguna joya te regaló. Tú decides qué hacer con ellas.

Si es bisutería, no hace falta que te lo pienses mucho. Pero si es una joya de valor, tienes varias opciones... Una de ellas es hacerte otra joya, ya no será lo que él te regaló o puedes venderla. ¡Tú decides!

Son tiernos y seguro que en el momento en el que te lo regaló te hizo mucha ilusión. Y hasta tal vez se han convertido en compañeros tuyos por las noches... no obstante, si lo estás pasando mal, lo mejor es deshacerte de ellos. Un buen destino sería donarlos a asociación de niños necesitados.

¿Quién no se ha puesto alguna vez un jersey de su novio y le ha gustado tanto que ya no se lo ha devuelto? Suelen ser más cómodos y nos pueden ir genial para hacer deporte o estar por casa... ¡Quítatelo ya! Puedes donarlo o tirarlo, según su estado.

Y lo mismo con esas camisetas suyas que usabas para dormir. Suelen ser más anchas y cómodas, lo que las convierte en una de tus prendas preferidas... hasta que él ya no está. Si estás sufriendo por su ausencia o ya no quieres saber nada de él, ya sabes lo que hay que hacer.

O pantallazos de esos WhatsApp que te mandó con tanto amor. Hoy en día, con las tecnologías, ya no quedan muchos románticos que cojan el papel y el lápiz para escribir una carta de amor. Sea en el formato que sea, te ocupa espacio de la memoria del móvil o espacio en el cajón del escritorio.

En el baño seguro que se ha dejado alguna cosa...

Su olor, otro de los recuerdos que seguro quieres olvidar si la ruptura ha sido traumática, sea por la razón que sea. Te diríamos que la regales a algún amigo o familiar, pero si lo haces, hazles firmar una cláusula conforme no se la pondrán cuando vayan a verte.

Os hemos hablado de la colonia, no obstante también se puede haber dejado el desodorante, el cepillo de dientes, alguna crema, las cuchillas para afeitarse... ¡Todo fuera! Además de hacer limpieza, te olvidarás de él de una vez por todas.

Por mucho que Marie Kondo nos diga que solo podemos tener 30 libros en casa, por nosotras puedes tener los que quieras, aunque siempre en orden. Eso sí, si uno de esos libros te recuerda a tu ex, tal vez es mejor donarlo o regalarlo. ¡Nunca tirarlos!

Si has tenido la suerte de llevarte bien con tu suegra, seguro que algun regalito de ha hecho. Mantenerlo únicamente te llevará a recordar momentos que seguro que quieres olvidar. O si ha sido todo lo contrario, seguro que si te hizo algun presente no se molestó mucho en esforzarse porque te gustara... Sea cual sea tu situación, ¡dale una segunda vida a ese regalo!

En los 80 y los 90 los enamorados se grababan cintas de casete con las canciones que había marcado su relación. Más adelante esto se transformó en CD y hasta DVD de vídeos grabados de viajes, momentos felices para recordar (en ese momento)... Y si la cosa es más actual, puede que lo que tengáis sea una lista en Spotify. Sea cual sea la opción, guardarlo solo te recordará cosas que no quieres recordar.

¿Teníais tazas para el desayuno? Tal vez no te apetezca estar recordando a tu ex cada mañana.

¿Tomabais juntos el café por las mañanas? ¿Tenías unas tazas a conjunto? Necesitas hueco para poner tus cosas, así que tienes dos opciones: o se la devuelves o te deshaces de ella.

Y si se tomaba su café por las mañanas, seguramente también tenía sus galletas y/o cereales para acompañar. ¿Te han quedado algunas cajas y tú no te los vas a comer? Recuerda que hay mucha gente que pasa hambre, así que no lo tires, dónalo.

Decimos salsas, pero puede ser cualquier alimento que se ha dejado en la nevera y que solo le gustaba a él. Si están abiertas, mejor a la basura. Si no, siempre puedes llevarlo a un banco de alimentos o alguna organización.

Si tu novia era un buen bebedor, tal vez tenías la cocina o hasta el salón o comedor lleno de botellas de buen whisky, ginebra, vodka, ron... Puede ser que se las llevara, pero si no le dio tiempo, también tienes dos opciones: o te las bebes (con moderación) sola o con amigos, o las regalas. Dejarlas en los estantes de tu cocina o salón no te hará ningún bien.

Con las prisas de irse de casa, seguro que algún cable se ha dejado. ¿Era mucho de escuchar pódcast? Seguro que algunos auriculares se habrá dejado encima de una mesa o en un cajón. O tal vez el cargador del móvil... Si realmente son un estorbo y te hacen pasar un mal rato, regálalos a amigos o familiares, pero sácalos fuera de casa.

El momento sofá, peli y manta se puede repetir, pero no con su manta.

Seguro que en alguna ocasión habéis hecho los típicos sábados o domingos de peli, sofá y manta... Esa manta con las que os cubríais, acurrucaditos para no pasar frío... Si está muy usada ha llegado el momento de renovarla. Si no, siempre la puedes donar.

Si coincide que es una de tus favoritas, valora si eres capaz de volver a ponértela sin echarte a llorar. Si no, tal vez se la puedas regalar a alguien (con la esperanza de que superes la ruptura y la puedas recuperar) o la donas a alguna ONG.

Una manera de recordar los viajes que has hecho, además de las fotos, es poner imanes en la nevera con los sitios en los que has estado. También te sirve para que los invitados vean cuanto habéis viajado. Pero si cada vez que vas a coger un yogur o una pieza de fruta te vas a poner a llorar recordando esos viajes, mejor quitarlos, ¿no crees?

¿Comprasteis ese cuadro juntos? Decide...

Si lo vuestro ya empezaba a ser un proyecto de vida en común y ya pensabais en la decoración de vuestro futuro hogar, una de las cosas que tal vez hicisteis juntos fue decorar las paredes, por ejemplo, con cuadros. Si algún objeto de la casa te recuerda mucho a él, tal vez es mejor que lo cambies.

Si compartíais tardes o noches de cerveza y pizza en casa, puede que él tuviera su kit cervecero. Un abre cervezas, su copa en el congelador lista para la ocasión... Si quieres olvidar esos momentos por tu salud mental, elimínalo de tu día a día.

Entradas y más entradas... Muchos conciertos, festivales, cines, etc. pero ya se acabó.

Y otros eventos a los que hayáis ido juntos y que hasta ahora guardabas con tanto cariño. Al final son recuerdos que también puedes tener en vídeo, fotos... ¿Para qué guardar también las entradas? Es espacio que ocupas y que podría servirte para otra cosa más útil.

¿Habíais quedado en patinar juntos? ¿O tal vez teníais en mente hacer clases de pádel para jugar con amigos? Si es el caso, seguramente te habías comprado los patines o las raquetas de pádel. Tienes dos opciones: o te animas a hacerlo por tu cuenta, o si no tienes intención de hacerlo, dónalo.

Si tu ex era aficionado a un buen vino o a una buena cerveza, seguro que tenía una copa preferida o una jarra que siempre ponía previamente en el congelador para beberse la cerveza bien fría. Saca la jarra del congelador y deshazte de la copa de vino. ¡Renueva la cristalería y brinda por un nuevo comienzo!

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